Muchas veces se ve a las petroleras como industrias gigantes, monstruosas, elefantes lentos que se mueven con en la sabana del poco crecimiento anual. Esto tiene una explicación. Muchas petroleras definen su negocio estrechamente: somos PE-TRO-LE-O.
Tener una definición tan estrecha del negocio hace que muchas empresas de esta industria solo se concentren en extraer petróleo, procesarlo (algunas pocas) y buscar más pozos. C'est tout. Es todo.
La pregunta entonces es ¿si todo necesita petróleo, por qué la industria petrolera es tan poco atractiva para los inversores?
Definiendo el negocio como petroleo, los petroleros tienden a pensar que no existen competidores (esto era mucho más evidente años atrás, sin híbridos y demás) porque todo necesita petroleo, las fibras de nuestras ropas, las bolsas de supermercados, ¡todo!
Esta definición estrecha del negocio es lo que Theodore Levitt llama "miopía del marketing". En otras palabras, mal entender cuál es verdaderamente el negocio del que participan: la energía, la movilidad, la vida eléctrica. Definir el negocio en estos términos amplios (exóticos, dirán) es absolutamente riesgoso y pondría a cualquier CEO corporativo muy paranoico pensando en que su negocio corre peligro.
A no desesperar hombre corporativo, por suerte hay gente que piensa en marketing.
Shell encontró a esa gente hace mucho tiempo y, afortunadamente para el planeta, están invirtiendo mucho en el desarrollo de energías alternativas y renovables: solar, forestal, eólicas, hidrógeno. Incluso está involucrada (aun siendo un pesado mamut) en proyectos a gran escala de hidrógeno, según hydrogenforecast.com, lo cual me llena de optimismo, no solo a mi, sino, estimo a sus empleados (que dejarán de trabajar en un ogro contaminante a una empresa limpia) y a la sociedad entera.
Links relacionados:
http://en.wikipedia.org/wiki/Royal_Dutch_Shell#Core_businesses
http://hydrogenforecast.com/WireReportDetails.php?wireID=139
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