Muchas veces discuto con amigos el valor de hacer las cosas bien y, cuando llegan temas de marketing, no importa qué empresa seas, si es grande o pequeña siempre uno debe tener un posicionamiento claro. Tener un posicionamiento es hacer las cosas bien.
Posicionamiento es, en lenguaje llano (y simplificado), es decir qué sos y qué haces. Por la negativa, es decir quién no sos y que no vas a hacer. Qué clientes visitar y qué clientes no visitar. Contra quién vas a competir y contra quién no.
Si no tenés un posicionamiento claro en tu negocio estás en el horno. Porque cualquier cosa te va a venir bien. Típica situación:
Me puse un Café porque no hay ninguno en la cuadra, puede ser una buena oportunidad. A los dos días es un Café-Restaurant, porque la gente viene a comer también y tengo un restaurant a media cuadra que me saca clientela!¡La gente también toma café ahí! A los cuatro días, Café-Restaurant-Bar, "para ver qué podemos hacer a la noche", porque hay un boliche a la noche en la esquina que se llena: corremos las mesas y baila la gente. A los cuatro días, cerrado.
Sin un análisis de qué sos, vas a ser todo y no vas a ser nada.
Citando a Lewis Carroll:
"Minino de Chesire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?", preguntó Alicia al Gato.
"Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar", dijo el Gato.
"No me importa mucho el sitio..." dijo Alicia.
"Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes", dijo el Gato.
Para verlo más claramente, veamos Los Simpsons:
Lionel Hutz es un abogado mal posicionado. Como no tiene una posición, cualquier cosa le viene bien. Un abogado de alto nivel que hace de niñera, que cobra $175 y pasa su noche cuidando niños por $8 la hora y una jaula vieja.
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