Muchas empresas han notado, como notamos los humanos hace miles de años, que la vaca es más rica cuando no tenemos que ir a cazarla, cuando la tenemos aprisionada y controlada. Muchas empresas han notado que Internet es más "divertido" ( = redituable) si es controlado.
Quizás sean los primeros pasos, pero es bueno llamar la atención sobre este proceso, el proceso en que uno de los últimos alimentos/medios libres pasa a estar dominado.
En esta línea me encontré con este artículo de Jonathan Zittrain: iPad danger: app v. web, consumer v. creator que he decidido traducir para Uds.
Me di cuenta que algo más profundo me preocupaba sobre el Ipad y no es la arquitectura (de hardware) sobre la que está construido. Veo un peligro moviendose de la web a las aplicaciones.
El iPad es retrogrado. Trata de volvernos a ser audiencia de nuevo. Es por eso que las compañías de medios y los anunciantes lo abrazan son tanto fervor, porque piensan que volveremos a los viejos buenos días donde nosotros solo consumíamos, nosotros no creábamos, donde ellos controlaban nuestra experiencia con los medios y los modelos de negocios que venían de ella. La más absurda y extrema ilustración es la aplicación de la Time Magazine, que es esencialmente un PDF de la revista! Es peor que la web: no podemos comentar, no podemos remixar, no podemos cliquear afuera, no podemos linkearla y encima cuesta $4,99 a la semana. Sí, pero las fotos lucen encantadoras en el iPad.
Es por eso que vivimos escuchando las justificaciones sobre todas las limitaciones del iPad: está creado y concevido para el consumo, para que nos digan qué y no creemos. Incluso algunos reviews tecnológicos lo justifican como la computadora para la abuela (no hay nada más snob e insultante, como si nuestras abuelas no tuviesen o pudiesen retwittear o relinkear información después de 15 años de internet!).
Algunos dicen que no creamos (Pew) y los que creamos contenido somos solo el 1/3 de los que usan internet pero en realidad todos hacemos algo por el contenido, reenviamos, comentamos, remixamos. Eso no lo haríamos en el iPad.
La arquitectura del iPad pone tres limitaciones de alguna forma:
Primero, su diseño de harware no incluye una cámara -una forma fácil de creación de contenido (donde ni siquiera tenés que saber escribir bien)-. No incluye un puerto USB, lo que implica que no podés meterle o sacarle contenido facilmente. Si querés editar un documento tiene que pasar por Apple's Pages, lo que te limita el uso de la nube, solo podés usar el cielo de Apple. Hay muchas justificaciones para que no tenga un USB pero la más fuerte es que se quiere evitar que se piense que puede ser reemplazado por una notebook más cara.
Segundo, el iPad está consutruido sobre aplicaciones, del mismo modo que los teléfonos, los Apple y otros. Las Apps, aplicaciones, son algo hermoso porque están construidas a propósito -para resolver una necesidad-.
Ojo, no estoy en contra de las aplicaciones, pero creo que nos debemos una reflexión sobre las apps y una internet basada en páginas a una internet basada en aplicaciones. Creo que, en efecto, estamos pasando de una página, un sito y una web basada en el buscar (search) a una construida sobre streams and flows, a una internet distribuida donde no podemos esperar que la gente venga a nosotros sino nosotros ir hacia la gente; cada uno se debe mover hacia sus streams.
El cambio hacia los apps es moverse hacia un lugar completamente distinto, en la dirección opuesta. Las apps son cerradas, contenidas y controladas. Eso, nuevamente, es por lo que les gusta a las compañías de medios. Las apps no interpolan -no se relacionan bien- con otras aplicaciones ni con la web en si misma; son hostiles a los links y los buscadores. Lo que hagamos con las apps es menos abierto al mundo. Yo solo quiero considerar las concecuencias.
Entonces, veo al iPad como un Caballo de Troya bizarro. En vez de importar soldados al reino para derrumbar sus murallas, dentro del caballo, nosotros, la gente, estamos empacados dentro y devueltos a los antiguos muros. we, the people, are stuffed inside and wheeled into the old walls;
La puerta es cerrada y somos bienvenidos nuevamente al reino del control sobre los medios, como nos sentíamos una generación antes.
Hay alternativas. Ahora veo una batalla entre Apple y Google Android en un foco más claro. En Davos, Eric Schmidt dijo que los teléfonos (y él ve al iPad como un teléfono más grande... que es justamente lo que es, pero sin el teléfono y un par de cosas más) serán definidos por sus apps. La guerra movil (es decir, estar constantemente conectados) será ganada en las apps. Google está compitiendo con la apertura, Apple con el control; Google tendrá mies de manufacturadores y marcas dispersando su Operating System, Apple tendrá los medios y los fanboys haciendo el trabajo para ellos.
Pero Google tiene un largo camino por recorrer si quiere ganar la guerra. (…) Google perdió su camino, su devoción por la profunda simplicidad. Google Wave y Buzz son confusas y generalmente insuables líos. Android necesita ser pensado más, Google Docs podría ser más elegante; el rediseño de Youtube está a medio camino de ser limpio.
Aun así, Google y la competencia de Apple nos presenta opciones.
Lo que me resulta interesante es que mientras muchas marcas comerciales -desde Amazon al Banco de América- están escritas para ambos, Apple y Android, muchas marcas de medios –la más notable NYT y The Guardian- están escritas solo para Apple y están poniendo muchos más recursos recreando apps para el iPad. La audiencia de Android es más grande que la audiencia del iPad pero la sensualidad y el control que Apple ofrece es atrapante (alluring). Es por eso que Richard Gingras, CEO de Salon, llama al iPad la fatal distracción para los publicadores. Se están quemando a si mismos pensando que el futuro reposa en su pasado. They are deluding themselves into thinking that the future lies in their past.